Mezclando la frescura del limón, con el acorde ozónico siempre ¿served chilled¿,deja huella.Su fragancia no podía ser otra que un fougère cítrico, inspirado en ese momento de sobremesa eterna con los colegas, en la que empieza a contar las historias de sus viajes por Italia (alguna que otra repetidahasta la saciedad¿) mientras prepara la primera ronda de Limoncello para todos.